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Foto del escritorJosé Luis Mora Castaño

La Obesidad: Un desafío de comprensión y empatía

La obesidad es un tema complejo que a menudo se malinterpreta y se asocia con estigmas sociales. A pesar de que la comunidad médica la reconoce como una enfermedad crónica, muchas personas, incluidos muchos sanitarios, aún la ven como un problema de falta de voluntad o disciplina. Este artículo explora las razones detrás de esta percepción y la importancia de tratar la obesidad con la misma seriedad que otros factores de riesgo o patologías, como la hipertensión, la diabetes o la hipercolesterolemia, donde a ningún médico se le ocurriría dejar escapar a esos pacientes sin previamente haberles pautado un tratamiento.


1. La Historia y el Estigma Social


Históricamente, la obesidad ha sido vista a menudo como un signo de debilidad o falta de autocontrol. Esta percepción se ha arraigado en la cultura popular, donde los medios de comunicación y la publicidad a menudo promueven ideales de delgadez. Como resultado, muchas personas asumen que quienes luchan con la obesidad son responsables de su condición, ignorando factores biológicos, genéticos y ambientales que contribuyen a ella. Sentencias lapidarias como “El que está gordo es porque come mucho, mira como en el tercer mundo no están obesos”, pronunciadas habitualmente por la sociedad, han hecho mucho daño para entender realmente la idiosincrasia de esta enfermedad, más aún si la frase la pronuncia un médico de quien esperas empatía, conocimiento y las herramientas necesarias para afrontar la obesidad.


2. La Complejidad de la Obesidad


La obesidad no es simplemente el resultado de comer en exceso o no hacer suficiente ejercicio. Es una enfermedad multifacética que involucra una serie de factores, incluyendo la genética, el metabolismo, el entorno y la salud mental. Al igual que la hipertensión o la diabetes, la obesidad puede requerir un enfoque médico y un tratamiento adecuado. Sin embargo, la falta de comprensión sobre su complejidad lleva a la estigmatización de quienes la padecen. A nadie le resultará extraño si le pongo el siguiente ejemplo: Paciente mujer añosa, con artrosis generalizada y dolor persistente en ambas rodillas que, después de meses de espera, es atendida por el traumatólogo, quien le dice “lo que tiene que hacer es perder peso”. El sistema no está preparado para tratar la obesidad porque sigue creyendo que el paciente obeso es el culpable de su obesidad. Estoy plenamente convencido, de que esa señora debe perder peso, por sus rodillas y, sobre todo, por su salud, pero: ¿Quién le da las herramientas para conseguirlo? ¿Quién le explica realmente que la obesidad es una enfermedad? ¿Quién le da un sostén emocional que le sirva de protección para afrontar lo que se le viene encima? ¿Quién le explica que el ejercicio de fuerza es más necesario que el aeróbico? ¿Quién le explica que unos mismos alimentos comidas a horas diferentes pueden “engordar” más o menos? En definitiva, ¿Quién educa al paciente obeso además de cargarle con la culpa?


3. La Falta de Educación y Conciencia


A menudo, la falta de educación sobre la obesidad y sus causas contribuye a la percepción errónea de que es una cuestión de elección personal. Muchas personas no están informadas sobre cómo factores como el estrés, la falta de acceso a alimentos saludables y las condiciones socioeconómicas pueden influir en el peso de una persona. La educación es clave para cambiar estas percepciones y fomentar una mayor empatía hacia quienes enfrentan esta enfermedad.


4. La Necesidad de un Enfoque Integral


Para abordar la obesidad de manera efectiva, es fundamental adoptar un enfoque integral que incluya la atención médica, el apoyo psicológico y la educación nutricional. Al igual que con otras enfermedades, el tratamiento debe ser personalizado y considerar las necesidades individuales de cada persona. Esto no solo ayuda a quienes luchan con la obesidad, sino que también promueve una comprensión más amplia de la enfermedad en la sociedad.

En estos momentos, la industria farmacéutica está desarrollando, tratamientos que, por primera vez, están siendo realmente efectivos en cuanto al control de la ansiedad y el apetito, lo que posibilita una pérdida de peso con cierta facilidad.

De nada vale pautar uno de estos tratamientos, si no lo acompañamos de educación, de cambio de hábitos, de apuesta por la salud. Cualquier tratamiento ha de ser visto como una herramienta que favorezca lo importante, y lo importante no es perder peso, lo importante es ganar salud y que perdure a largo plazo. Ese objetivo solo se consigue si se cambia el estilo de vida. Todo aquel que hoy celebra la pérdida de peso sin esfuerzo y sin haber hecho nada por cambiar sus hábitos, en cuanto deje el tratamiento transformará su alegría en tristeza y frustración con un efecto rebote desmesurado.


5. Promoviendo la Empatía y el Apoyo


Es esencial fomentar un entorno donde las personas se sientan apoyadas en su lucha contra la obesidad. Esto implica desafiar los estigmas y prejuicios, y reconocer que cada persona tiene su propia historia y circunstancias. Al promover la empatía y el entendimiento, podemos ayudar a desmitificar la obesidad y tratarla con la seriedad que merece.

 

6. La delicada línea que separa la Obesidad de la Gordofobia


La lucha contra la obesidad y la lucha contra la gordofobia pueden entrar en conflicto si no se abordan correctamente. Por un lado, es esencial mejorar la salud pública y promover estilos de vida saludables; por otro lado, es crucial evitar la estigmatización de las personas con sobrepeso, ya que esto puede obstaculizar sus esfuerzos por mejorar su salud.

Ambas luchas son necesarias, pero deben ser abordadas de manera complementaria. Fomentar una cultura de salud que abogue por el bienestar sin juzgar el tamaño corporal es esencial para lograr un enfoque equilibrado y ético en la salud pública. Al final, la clave está en promover la salud y el bienestar de todos, sin discriminar ni estigmatizar a las personas por su apariencia física.


Conclusión


Entender que la obesidad es una enfermedad que requiere tratamiento es un paso crucial hacia la creación de una sociedad más comprensiva y solidaria. Al igual que con otras condiciones de salud, es fundamental abordar la obesidad desde una perspectiva médica y humana, reconociendo la complejidad de esta enfermedad y apoyando a quienes la padecen en su camino hacia una mejor salud.


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