CIENCIA Y CARIDAD
- José Luis Mora Castaño
- 10 feb
- 2 Min. de lectura
LA MEDICINA Y EL ARTE (Ciencia y Caridad.- Picasso)
Ser médico es una de las profesiones más nobles y gratificantes que se pueden elegir. En el lienzo del destacado artista malagueño Pablo Picasso, titulado “Ciencia y Caridad”, se vislumbran los valores intrínsecos de esta vocación a través de una representación vibrante y profunda de la dualidad que caracteriza el arte médico: la ciencia y la humanidad.
La obra de Picasso, que muestra a un médico que atiende a una madre con su hijo enfermo, encapsula la esencia del compromiso y la dedicación que requiere la práctica de la medicina. El médico, representado en el cuadro, emana una serena confianza y una profunda empatía.
Esta figura simboliza no solo el conocimiento técnico y científico que posee, sino también una compasión genuina por quienes confían en él en sus momentos más vulnerables.
La ciencia, en este contexto, se manifiesta a través del conocimiento adquirido; es el rigor de la formación, la aplicación de la investigación y la búsqueda incesante por curar y aliviar el sufrimiento. Pero, con igual importancia, la caridad nos recuerda que la medicina no solo se ejerce con las manos, sino también con el corazón. El acto de sanar es, ante todo, un acto de amor; una conexión profunda que trasciende la enfermedad y toca lo más íntimo del ser humano.
Ser médico implica una constante danza entre la ciencia y la caridad. Esto se traduce en largos días y noches de estudio, pero también en la dicha de escuchar, consolar y ofrecer esperanza. En cada consulta, en cada diagnóstico, hay una llamada a la humanidad, una oportunidad para transformar el dolor en alivio y la desesperanza en fe.
La belleza de ser médico reside en la capacidad de impactar vidas, de ser un faro en la oscuridad de la enfermedad. Como se ilustra en el lienzo de Picasso, el propósito de la medicina va más allá de lo físico; es un acto de entrega que invita a cada médico a convertirse en el puente entre el sufrimiento y la sanación, entre la ciencia y el amor.
En conclusión, al contemplar “Ciencia y Caridad”, entendemos que el ejercicio de la medicina es un verdadero arte que requiere tanto la mente como el corazón. Esa es la magia de ser médico: la habilidad de fusionar el conocimiento científico con la comprensión humana, creando así un legado de salud y esperanza en cada vida que se toca.
© Autor del texto: José Luis Mora Castaño (médico)

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